La paz

La paz esta en tu interior como el frió en tu corazón

jueves, 13 de diciembre de 2012

Viviendo en el Pasado.


Como todos los días caminaba por el vecindario buscando algo nuevo, algo diferente, algo que deslumbrara mis ojos mientras el sol brillaba para quemarme un poco, siempre caminaba por la misma calle solitaria y callada en donde ni los pasos de los gatos se escuchaba, tan olvida como los cementerios de guerra. Por las ventanas te observaban como si fueras un desconocido, pero no es así, en esta pequeña comunidad todo el mundo se conoce, todas las personas saben tu pasado, tu historia, pero claro lo guardan para ellos, cualquier comentario sobre uno de nosotros es algo privado que nunca sale de aquellas viejas casas llenas de miles de historias, yo las llamo “las casas de los tesoros”.
Por ejemplo la señora Carlota vive en aquella vieja casa desde que yo vivo aquí, era una casa elegante, siempre había visita, entraba y salía gente a todas horas, se podía decir que era la casa más popular del lugar. Recuerdo el día cuando se murió su esposo, la pobre ni salía a caminar como siempre lo hacía, se había vuelto una fantasma... Mi madre antes de marcharse de casa la cuidaba, le llevaba el desayuno y cuidaba del jardín, intentaba hacer que saliera un poco de su habitación y dejará de lado la tristeza, algo que nunca logro. Después de mi madre nadie se hace cargo de ella, se puede decir que fue abandonada, de vez en cuando le llevo rosas rojas, su flor preferida y hablo de su vida como si de verdad me importará, de esta manera hago que se anime un poco.
Me detuve en una de las casas de la calle, esta se encontraba deshabitada desde hace un buen tiempo, se podía decir que lleva 2 años sin un ser vivo en ella,  al parecer el señor Cedric decidió venderla cuando se gano la lotería, pero ¿por qué venderla? Si es una casa hermosa, llena de flores y ventanas grandes, aunque con unas cortinas gigantes que impedían que el sol traspasara los cristales, el color gris que tenía le daba un aire de elegancia. Los vecinos me han dicho que tal vez se mude su hijo, el cual se fue de casa para irse de viaje a Inglaterra, dicen que es muy hermoso, con un toque frío que solo él sabe tener, su mirada es la más extraña, como si escondiera su verdadera personalidad, según tiene mi misma edad. 21. Pero no creo que alguien deje la hermosa Inglaterra  para venir aquí, este pueblo callado y solo, en donde las plantas son las únicas que viven con armonía y belleza, a este poblado en donde hay más muertos que vivos.
Seguí caminando, iría hasta el parque y me regresaría, todos los días hacia la misma rutina sin embargo de vez en cuando me detenía en la playa para ver el amanecer, era algo bueno de esta comunidad, que contaba con el mar a dos pasos de distancia brindando la tranquilidad que solo él sabe dar. Salía de mi casa muy temprano para ver el amanecer reflejarse en el mar, o simplemente sentir los primeros rayos de sol. Recordaba el nombre del hijo de Cedric, Andrew se llamaba, lo recordaba, ¡cómo no recordarlo! Si era una guapura de niño, tanto así que siempre jugueteábamos juntos, su cabello negro hacían la combinación perfecta con sus ojos azules y su piel blanca como la de su madre, la cual había visto en una foto que él siempre cargaba, era tan blanca como el marfil con un tono pálido que lo hacía ver muy hermoso a los ojos de cualquier persona. Tengo que confesar que desde pequeña me enamoraba. Cuando se fue de su casa, apenas tenía 17 años, me dejo desconsolada, no podía creer que él se fuera de mi lado y mucho menos a Francia,  me desanimé muchísimo, lloraba todo el día y recordaba todos los momentos que pase a su lado como si hubiera muerto.
Comencé a correr, por un momento mis sentimientos volvieron, me había enamorado de mi vecino, de mi amigo, de mi cómplice, de mi risas, de Andrew, como olvidarlo, aun que no lo puedo negar el chico era extraño, siempre se encontraba leyendo, casi no salía, no le gustaba nadar, ni bailar, era un solitario de verdad. Pero su forma de ser conmigo era lo contrario, podíamos estar juntos todo el día lo cual el casi no hacía con sus amigos, se podía decir que sacaba su lado alegré, conmigo podía ser lo contrario a lo que siempre era, había vivido miles de momentos a su lado, pero nunca olvidaré aquella tarde de abril…
-   ¿Saldremos hoy?, deberíamos…, siempre estás leyendo tus libros…, vamos, si quieres nos compramos ropa, o salimos a caminar…
Andrew me echo una miradita matadora y cerro de golpe el libro que leía, se levanto del pasto y se me quedo viendo a los ojos.
-   No quiero, ve tu, no necesitas de mi – dijo dándose la vuelta intentando evadir las palabras-.
-   Claro que necesito de ti, ¿quién me dirá que ese vestido me queda fatal?, pues tu tontito, vamos te prometo llegar temprano, no nos pasara nada, aparte tu padre llegara hasta mañana a tu casa – Dije intentando una escusa para que el saliera conmigo-.
Se dio nuevamente la vuelta y pude ver una leve risilla, algo que nunca hacía Andrew, dejo el libro en la ventana de su casa y se volvió acercar a mí.
-   Está bien iré, al fin y al caso siempre salgo contigo, podemos ir a esa nueva tienda de ropa cerca del parque, yo te comprare el vestido… - Dijo mientras caminaba lentamente hacia la calle-.
No entendía como Andrew siempre tenía dinero suficiente para comprar todo lo que el quisiera en un día, siempre decía que era una herencia familiar o que su padre ganaba bien. A veces intentaba sacarle información sobre su familia pero parecía que era como hablar con una pared, no decía nada más que “No necesitas saber nada sobre mi familia”.
-   Sabía que no te resistirías a mis encantos de quinceañera, siempre caes como un rayo – le dije mientras lo seguía-.
Ese día fue el mejor, estuve con él todo el tiempo, nos probamos toda la ropa del lugar, jugábamos con los sombreros en el espejo, él me hablaba de la ropa que se usaba hace años como si él hubiera vivido en cada una de esas épocas, parecía que había usado ropa de aquellos años, o su familia era tan antigua que sabía de todas esas prendas viejas y finas. Andrew compro un suéter de color negro, su color preferido,  y yo un vestido rosa que me quedaba hermoso, tanto así que él se sonrojo al verme, pero su sonrojes era extraña, era más como un color muy claro que no se lograba de ver a simple viste. Aquel día sentía que podía darse algo entre los dos, pero que va no me atreví a más…  Pero que podía pasar entre los dos, el era tan cerrado en las cosas del amor, tanto así que siempre rechazaba a las tontas de mi escuela, nunca se dio la oportunidad de amar en esos tiempos.
Algunos lugares me traían más recuerdos de mi vida con Andrew, conocía a su padre desde hace tanto tiempo, se puede decir que nos mudamos casi el mismo día, cuando apenas teníamos 5 años cada uno según los relatos que mi madre me dijo. Desde que mi madre conoció a la familia de Andrew nos volvimos muy buenos amigos, tanto que podíamos pasar todos los días juntos sin agredirnos, aunque a veces peleábamos… No recuerdo exactamente porque se causaban esos alborotos entre nosotros… Andrew comía en mi casa casi siempre ya que le  fascinaba la comida de mi madre, decía que era la más deliciosa, mientras tanto yo me quejaba de ella como si fuera la peor comida de todo el planeta, diciendo que le faltaba sal, que tenía mucha salsa, poca azúcar, mucha verdura, me empeñaba en criticarla cada vez que probaba y decidía comer lo que mi madre me traía de algún restaurant.
Que podía decir de él, cuando cumplió los 16 se volvió tan elegante, tan hermoso, y cada vez mas callado, parecía que con los años se convertía en una persona demasiado solitaria, era tan callado, solo me observaba y de vez en cuando reía con mis cosas de niña, daba alguna opinión de lo que hacia y volvía a guardar silencio por mucho tiempo. Me celaba cada vez que alguna niña se le acercaba a saludarlo, con esa típica mirada de coqueteo, pero él sabía lo que ellas buscaban, sabía quiénes eran, unas arpías, eso era, como no iban hacer, si siempre que salía estaban detrás de él como buitres detrás de carne muerta, y yo solo me ponía de mal humor toda la tarde, causando su burla, a él le hacia gracia mis celos, decía que eran ataques de envidia.
Había llegado a la playa el amanecer comenzaba, aquel hermoso amanecer, el cual tenía mis recuerdos mas profundos, el agua se veía tan hermosa, el reflejo del sol la hacia coger un color más cristalina. Me daba ganas de nadar, la marea estaba alta, algo muy normal en la ciudad, el sonido de las olas me tranquilizaba y me hacía tener energía para seguir el día. Me detuve en la orilla, el agua tocaba las puntas de mis zapatos, me quite el sudor de la frente, respire profundo recordando el bello rostro de mi enamorado, saque mi móvil, marque el número, aquel que me diría si era cierto lo que se rumoraba, me diría si Andrew regresaría al vecindario.  Una voz cálida respondió, tanto tiempo sin escucharla, llevaba tiempo sin escuchar un saludo igual. Tome aire y respondí al saludo, con el típico “hola”.
-   ¿Quién habla? – Dijo la voz mientras yo volvía a tomar aire-.
No sabía que decirle, después de tanto tiempo sin hablar con él, mi garganta se cerraba impidiendo el habla, me tranquilicé, tenía que hablar, necesitaba saber la verdad.
-   Soy Sofía, ¿me recuerda?... Su vecina – Dije mientras pasaba saliva lentamente.
-   Y ¿qué deseas? – Dijo él mientras el silencio se prolongaba en la llamada.- Habla rápido niña que no tengo todo el tiempo.
Vi el móvil, pensé en colgar, pero nuevamente su voz sonó “Perdón no fue mi intención responderte así”…
-   Solo quería saber si Andrew, bueno si el… Es que… Si va a volver al vecindario… - Dije mientras escuchaba la respiración de Cedric-.
-   Andrew… No he hablado con él desde que se fue de casa, pero si el decide regresar él tiene su hogar, como sabrás no la vendí, aun que mucha gente piensa que si… Andrew puede llegar allí en cualquier momento, por mi parte no sé nada de él, si llego a enterarme de algo te prometo que te llamare, sé que lo extrañas, te entiendo…
Cedric siempre sabía lo que sentía, era como un don. Andrew no regresaría a su hogar, era de esperarlo, nadie dejaría Inglaterra.
-   Gracias señor Cedric, si sabe algo no dude en llamarme a cualquier hora, estaré esperando su llamada… – Dije cortando el movil-.
Vi  nuevamente el sol salir, Rodrigo se puso a mi lado, observo el mar por un momento y luego decidió verme a mí. Todos los días me iba a buscar para llevarme a desayunar. Rodrigo era el que me había sacado de la perdida de Andrew cuando decidió partir, le debía mucho, ahora éramos pareja, y era hermoso estar con él, pero no sentía lo mismo que por Andrew, era más cariño que verdadero amor. Le di un beso y proseguí a caminar con él a la cafetería cerca de la playa. Siempre me observaba con el mismo brillo en sus ojos, cogía mi mano al caminar y me decía palabras cursis para romper los silencios, lograba sonrojarme rápidamente
-          ¿Estás bien amor?, te noto diferente – Dijo el dándome un abrazo cálido como siempre lo hacía-.
-   Tenía que mentirle, el conocía mi historia, él fue amigo de Andrew, se puede decir que su mejor amigo, no podía decirle que mi problema tenía nombre.
-   Solo es cansancio, no me pasa nada, cuando estoy contigo todo vuelve a la normalidad, no te preocupes amor.
Habíamos llegado a la cafetería, el lugar era una especie de estructura española con un toque francés, el color rojo envejecido, las flores de miles de colores que decoraban las mesas en el exterior y la manera en que te atendían con esa picaría francesa que solo ellos podían tener te hacia sentirte en Paris por un momento. Pedí un café con pan francés, Rodrigo por su parte pidió lo típico, un jugo de naranja más huevo revuelto con pan. Hablamos sobre la carrera, estábamos a punto de terminar, estudiábamos lo mismo, Gastronomía, me fascinaba la cocina al igual que él, podíamos pasar horas hablando de recetas que inventábamos en nuestras tardes libres, intercambiando trucos y herencias que nos habían dado nuestros familiares más ancianos, disfrutaba compartir esa parte de mi vida con él.
-          Sofía veo que has mejorado la receta del pastel de chocolate con una pisca de naranja, me parece perfecto agregarle chocolate amargo, de esta manera la naranja se uniría mejor- dijo el tomando el primer sorbo de su zumo- aunque claro es una combinación extraña…
-          Bueno no todo puede ser perfecto, tal vez al prepararlo coja buen sabor, o sea un fracaso más que revolucione la manera en que veo la cocina
 Me levante de la mesa, vi hacia la playa, mi celular sonó, era un numero privado, ¿pero quién podría ser?, proseguí a contestar, el silencio, una voz, un sentimiento y un dolor llego, mi corazón lloraba mientras mi alma lo consolaba. Una lagrima corrió por mi mejilla, mi voz se corto, el silencio se prolongo en mi alma y voz, comencé a volver en sí, tenía que ser fuerte, tenía que respirar, debía de comportarme, el señor esperaba mi respuesta la cual parecía no querer salir, respire profundo, me limpie la mejilla y proseguí hablar.
-   Discúlpeme, no es fácil pensar en estas cosas, tanto tiempo sin verla y ahora esta… bueno lo que usted dijo – dije intentando guardar la calma – ¿en donde dijo que la encontraron?
-   Bueno Sofí, la encontramos dormida en su cama, fue un paro cardiaco, como sabrá ella no estaba bien de salud, al parecer fue por su problema del corazón, sé que usted desde hace un tiempo no tenía una cercanía a ella, pero ella siempre hablaba de ti, pero como no iba hacerlo si eres su única hija – Dijo Paul mientras respiraba – Solo le pido que me deje el cuerpo aquí, ya que yo la amaba, hace 5 años que decidí traerla a mi hogar – Lloro un poco -.
-   Está bien, no te preocupes al fin y al caso desde que mis 16 años no tenía un buen contacto con ella, no te culpo pues tú solo la amaste. De hecho su partida me unió más con mi abuela la cual también ya falleció – Dije con un nudo en la garganta – pero bueno igual quiero ir al entierro, ustedes viven a unas horas de aquí así que no se me dificultara ir, ¿Qué día será? – Dije aguantando el llanto no quería que Rodrigo se diera cuenta -.
-   Bueno Sofí, pienso hacerlo dentro de una semana para que todos puedan venir, ya le he avisado a la mayoría de personas que conocen a tu madre, el señor Cedric, su vecino dice que tal vez pueda venir, me ha comentado que lo has llamado hoy, tal vez es cosa del destino que se vuelvan a ver… - Dijo él con un tono irónico-.
-   Tal vez… Paul te llamare al llegar allá, iré con Rodrigo no quiero ir sola. Gracias por avisarme, recuerda que por alguna cosa que necesites no dudes en llamarme – Dije colgando el teléfono con un hasta luego -.
Rodrigo se dio cuenta de todo lo que había pasado, él sabía muy bien que aun que mi madre no me quería del todo yo la amaba, si no hubiera sido por ella yo no hubiera conocido a Roy y a Fer. Roy decidió llevarme a casa, sabía claramente que no quería hablar de nada, pidió un taxi y comenzamos a marcharnos, seguía llorando, estaba devastada, aquella persona que me dio la vida se había marchado, Cristina, mi madre ya no estaba, no volvería y ahora si era un adiós y no hasta pronto.
Roy abrió la casa, me preparo un café y  se sentó a observarme, levanto el teléfono y llamo a la aerolínea, haría reservaciones para el viaje, ya le había contado todo, él siempre me daría su apoyo sin importar nada. Me detuve en la ventana intentando ver la luz, intentando ver una salida, una mano extendida llamándome. Roy se levanto del sofá y me recordó que todo estaría bien, como aquel año en donde él se fue, si cuando se fue Fer…
-   Ya hice las reservaciones, ¿quieres que me vaya y te deje sola? – Dijo el poniendo el teléfono en su lugar-.
-   Quiero que te quedes, lo último que quiero es quedarme sola, debería llamar a mi tía para avisarle de la muerte de mi madre, al fin y al caso ella fue la que me cuido y debe de saber – Una lagrima se me callo -.
-   Bueno yo la llamare desde mi casa, no quiero que te agobies de problemas, sabes se que se siente, cuando mi padre se fue de casa, mi madre calló en una fuerte depresión, tanto así que siempre se la pasaba llorando a todas horas, pero ella era fuerte, por mi dejo de llorar y comenzó a vivir, a respirar, a ser la misma de siempre –Dijo el intentándome dar fuerzas, pero cuales fuerzas, si mi madre estaba muerta-.
Termine de llorar, lo voltee a ver, proseguía  tomar el café frio que estaba en la mesa, con una lentitud impresionante, mi playera estaba completamente mojada, pero que importaba, solo eran gotas de mi alma, de mi corazón. Proseguí a cambiarme, Roy esperaba en la sala, hoy dormiría en su departamento, aun que llevábamos 3 años juntos no tenía una confianza con él, parecía que entre Roy y yo no pasaba nada, éramos como amigos intentando dar amor, intentando hacer una ilusión, que al final no se daba, no nacía, no crecía, y no queríamos que pasara, pero aun así lo quería…
Tome algunas cosas de mi ropero y salí de la habitación. Cerré la puerta de la casa la brisa me levanto el cabello, mientras me secaba las lagrimas. Roy vivía a unas cuadras de mi casa así que podíamos irnos caminando sin ningún problema, y así fue, caminamos hasta llegar al edificio. Roy abrió la puerta de la entrada principal, llamo al elevador buscando una opción rápida, el vive en el piso 5 edificio 502. Llegamos al departamento el cual estaba más que callado, oscuro, así como Andrew…
-   Si quieres puedes dormir en la habitación de huéspedes o puedes dormir conmigo, si no te incomoda – Dijo él con un tono suave y cariñoso, yo había dormido mucho tiempo con él, ya me sabía su departamento de pies a cabeza, pero claro eso no le quitaba a Roy lo caballeroso -.
-   Cómo crees que dormiré en esa habitación, yo dormiré  a tu lado, como siempre ha sido, mi tristeza es aparte a lo que siento por ti amor, sabes llevo ya un tiempo sin venir aquí… Aquí fue en donde me dijiste que te gustaba, como olvidarlo, Bueno cariño creo que tu tendrás que ir hoy a la UNI yo por mi parte no iré, con esto que siento mejor no ir, me quedare toda la tarde aquí – Dije para que él se calmara, no se preocupara y todo volviera un poco a la normalidad-.
-   Si hoy iré, aun que es temprano apenas son las 3 de la tarde así que me queda una hora para estar contigo, te preparare algo de comer y luego me iré – Dijo mientras caminaba a la pequeña cocina…
Pase toda una semana en el departamento al lado de Roy, los últimos días antes de irnos al entierro de mi madre fueron los más tranquilos, él siempre me ayudaba en lo que necesitara, y estudiaba con él las clases que había perdido. Hoy era el día, partiríamos a ver a mi madre por última vez, hoy 10 de enero me despediría de mi madre. El avión partió  a las 13 de la tarde el entierro sería a las 16, así que teníamos tiempo de sobra, el vuelo duraría 30 minutos para llegar allá.
Habíamos llegado, el vuelo se retraso un poco así que llegamos a las 14 de la tarde, Paul nos esperaba en el aeropuerto, Roy recogió el pequeño maletín que llevábamos para pasar dos días allí. Paul nos llevo a su casa, la cual estaba como la recordaba, había venido hace un año y parecía que nada había cambiado. Comimos un poco de pan y café antes de irnos al cementerio, al parecer Cedric iría, lo cual tal vez me alegraría, tal vez ya tendría noticias de Andrew, o tal vez me diría algo de ayudan, siempre fue muy amable conmigo y mi madre.
Nos fuimos en el carro negro de Paul, el cual solo hablaba de los últimos años de mi madre con él, parecía que habían vivido muy felices durante estos años, por todos lados había fotos de mi madre, se notaba la felicidad entre ellos, eran tal para cual. Llegamos al lugar a las 15:30, había mucha gente hay reunida, infinidades se podría decir, por todos lados personas dejando flores y observándonos dándonos a entender que están con nosotros en el dolor, que podía decir de todo esto, mi madre era una persona de darse a conocer en todo lados, fueran por cosas malas o buenas terminaba haciendo amigos y conocidos. Mi tía no había llegado al entierro, al parecer no podrá asistir al entierro de mi querida madre, ya nada importaba.
Mi madre se encontraba en su ataúd. Me acerque a ella, la vi, estaba con una expresión de felicidad que nadie le quitaba, le dije “adiós madre, te veré algún día”, la extrañaría, aun que no tenía tanto acercamiento con ella la amaba, recordaba todos los momentos felices a su lado, aquellas tardes de almuerzo a su lado, era feliz cuando estaba con ella, y ahora todos aquellos recuerdos se irán con ella como un rayo que cae en la tormenta, sentía cada vez esa sensación de pérdida, no podía creer que mi querida madre no respiraba no hablaba, no pensaba, estaba muerta, eso era lo único que sabía. Alguien se coloco de tras de mí, no sabía quién era, un frio recorrió mi cuerpo, sabía que era algo malo,  una voz lenta y delicada, un susurro lleno mis oídos de miedo…
-   Hola Sofía…
La voz volvió a sonar en mis oídos mientas un frio corría por mi cuerpo, no era algo bueno, intente moverme un poco pero mis piernas estaban paralizadas, tenía miedo. Tome aire como cualquier niño después de juagar, intente voltearme esta vez mis piernas me dejaron, un hombre de cabello negro, ropa negra y con una piel pálida como la nieve me observaba lentamente, no lo reconocía, era alguien nuevo en mi vida. Mi boca se serraba y temblaba cada vez más rápido mientras el solo observaba mi miedo. Lentamente hable mientras el miedo cogía más mis piernas.
-   ¿Quién eres?- dije mientras mi voz se cortaba, el solo se quedaba observándome como si quisiera hacerme daño-.
-   Yo soy Berky Kiaro, mejor conocido como “el asesino de mujeres”, vengo por ti Sofía, me han enviado desde muy lejos para llevarte conmigo- un escalofrío corrió todo mi cuerpo, estaba a punto de ser asesinada.-
-   Pero ¿Quién quiere verme muerta?, ¡Dímelo!- Grite con mi mayor fuerza, no me dejaría por este patán-.
-   Tranquila no te asesinare, solo te llevare conmigo, alguien quiere tu sangre, tu eres la culpable de todo esto, si no te hubieras acercado nunca a él nada pasaría…
Una voz se escucho a lo lejos, parecía ser Cedric, se acercó cada vez más y más mientras yo recurría a temblar, Berky se volteo a ver quién era mientras Cedric se acercaba cada vez más. Poco a poco la luz se apagaba para llegar la oscuridad, estaba anocheciendo, los ojos de Cedric brillaron como los de nadie mientras Berky solo observaba el ambiente, parecía que nadie se daba cuenta de lo que pasaba, se podía escuchar a lo lejos los murmullos y una que otra risa tranquila mientras a mi alrededor había un ambiente tenso y oscuro.
-   Aléjate de ella Berky- Grito Cedric mientras el solo reía-.
-   Mira quien llego el vampiro más buscado por todos Cedric, ¿Vienes a defender a la novia de tu hijo?- Dijo mientras seguía riendo-.
-   Aléjate, la noche está llegando sabes que puede pasar, ¿quieres que todos vengan a matarte?
-   Yo nunca moriré soy una sombra nosotros no morimos, dadme a Sofía y dejar de molestar-.
-   Nunca…
Me alejé de ellos, sentía miedo, cada vez más miedo, Cedric empujo con fuerza a Berky el cual salió volando por los aires, comenzaba a preocupare, la luna se asomaba cada vez más, la piel de ellos se ponía más pálida,  un frio y neblina se hacía alrededor de ellos, una escena escalofriante, Berky se levanto lentamente mientras Cedric se acercaba a él.
-Dame a la chica Cedric, ¡Dámela!, no te entrometas.- Grito Berky mientras Cedric se acercaba más-.
- Nunca te la daré, ella no se irá con ustedes, no me importa si tengo que morir pero contigo no se irá, ya es tarde para ti pronto vendrán los demás para llevarte y hacer lo que quieran contigo, mejor vete, vete lejos.
- No me voy sin la chica.- El corrió hacia mí, se coloco  detrás de mi.-
- Déjame estúpido, déjame, no me iré-Grite mientras él me cogía un brazo-.
Se acercó más y más a mí dándome la vuelta, mostro sus colmillos y me mordió lentamente. Sentía sus dientes dentro de mi brazo, un líquido doloroso pasaba por mi cuerpo, era su veneno, sentía dolor, Cedric se acercó y me lo quito de encima mientras yo caí sin sentir mi cuerpo.
-   Ahora entiendo porque quieren su sangre, están deliciosa, tan dulce, quiero más, dádmela, quiero su sangre- Dijo Berky mientras Cedric lo veía con odio-.
-   Nunca, como te lo dije antes deja de molestar a Sofía, prefiero morir antes que dártela, ¡sombra del demonio!
Los dos se acercaban cada vez más, yo me encontraba completamente inmóvil solo observaba desde el suelo lo que pasaba. Cedric caminaba para todos lados intentando hacer tiempo para ver que hacía, me protegía, pero no podría él solo, Berky por su parte me observaba una y otra vez deseando mi sangre. Una voz sonó cerca de Berky, parecía un hombre, no lograba verlo bien, se acercó a mí, me levanto lentamente y prosiguió a morderme al igual que Berky, esta vez sentía como el veneno corría hacia aquel hombre pálido, su cabello rojizo y sus ojos de color era lo único que podía ver, comenzaba a sentirme mejor.
-   Así que Cedric no puedes solo, veo que has traído a uno de tus amiguitos, no me importa puedo contra los dos, no me iré sin antes llevarme a Sofía.
-   Yo he venido por mi parte, vine por parte de Andrew.- Andrew lo había enviando, mi querido Andrew me estaba ayudando a salir de esta, sentía una alegría interna que nadie podría quitarme.-
-   Estás de acuerdo que de aquí nos ales verdad Berky, te asesinaremos como lo hicimos con tu padre, ¿lo recuerdas? Cuando apenas eras un simple bebé- Dijo Cedric intimidando a Berky.-
-   No me importa nada, yo me llevaré a Sofía conmigo, ni tu Cedric y menos tu Cleitor se la podrán llevar, ella será llevada con mi amo, el probará su sangre- Grito mientras lo acorralaban-.
Berky tiro lo más lejos que pudo a Cleitor el cual pudo mantenerse estable, se movió por la oscuridad hasta tener una distancia con Cedric, parecía intentar huir pero no era así, Berky se movía por la oscuridad haciendo un circulo entre Cleitor el cual se encontraba acorralado por los movimientos de la sombra. Cedric corrió hacia mí y lentamente se escabullo entre los árboles para dejarme en un lugar más seguro, estaba un poco más lejos y ahora me sentía a salvo. Cedric se acercó a Berky lentamente, observaba como el cogía sus brazos los cuales craqueaban como la madera de las casas, en sus ojos una lagrima se comenzaba a hacer estaba sufriendo, no podía hacer nada para que eso no pasara.
-   Cedric no le hagas más daño, sabes que ellos no morirán solo le harás sufrir, no caigas en asesinar como hace tanto tiempo- Dijo Cleitor mientras le quitaba de las manos a Berky el cual cayó al suelo como un indefenso-.
-   Llévatelo, llévatelo y enciérralo con los demás, no dejes que escape- Dijo Cedric mientras veía el cuerpo indefenso de Berky-.
Una mujer se postro detrás de mí como un aire pasajero, puso sus manos frías en mi cuello cortándome un poco la respiración, su perfumen a flores me comenzaba a marear, poco a poco iba collendo como una niña, estaba desmayándome, Cleitor la observo de lejos y corrió hacia ella, la mujer se escabullo entre las sombras rápidamente impidiendo un golpe por parte de Cleitor, mientras que caía lentamente observaba como la mujer cogía el cuerpo de Berky sin que Cedric pudiera hacer nada, desaparecieron en la oscuridad como una ráfaga de luz, Berky se había salvado.
-   Se encontrará bien, esa mujer era ella verdad, ella ha regresado…
-   Si Cleitor Rose está de vuelta, parece que nos esperan unas largas noches, Andrew ya debe de estar al mando de esto, por algo te ha mandado, por lo menos te diste cuenta de su presencia justo a tiempo antes de que se la llevarán
-   Debo de ir con Andrew debe de encontrarse preocupado, no quiero angustiarlo más- Dijo mientras desaparecía en las sombras-.
Sentía los brazos de Cedric cargándome nos acercábamos en donde estaba Roy y Paul, ellos solo observaban la escena intentando ver una respuesta, la cual no encontrarían nunca. Cedric me entrego en brazos de Roy el cual solo me veía intentado encontrar una solución a lo que veía.
-   Tranquilo ella estará bien, lloró mucho conmigo es todo se canso en mis brazos por lo cual se durmió, no pasa nada mañana verás que estará bien, cuando despierte dile que iré a verla cuando pueda, procurare llamarla para quedar de acuerdo con ella- Dijo el dando una respuesta a lo que había pasado-.
-   Si está bien Cedric yo le digo, creo que ya es hora de irnos, es demasiado tarde y nosotros debemos de regresar a casa a primera hora de la mañana, salúdame a tu hijo
-   Bueno Cedric fue un gusto tenerte aquí le hizo muy bien verte, y más a mí que me has acompañado en el dolor, espero verte pronto por aquí, y que mejor con cosas buenas- Dijo Paul terminando el entierro de mi madre-.
Abrí mis ojos para observar como Cedric se iba dejándome con tantas dudas, con sentimientos y con unas ganas de volverlo a ver. Proseguí a dormir y dejarme llevar por Roy al coche en donde dormiría hasta llegar a la casa de Paul el cual se encontraba muy cansado. Habíamos llegado a casa en donde por fin descansaría, Roy prepara la cama y proseguimos a dormir juntos. Al llegar a casa nuevamente debía llamar a Cedric para podernos ver y preguntar todas esas cosas que dudaba, tenía miedo de que fuera algo malo o que involucrara a Andrew pero debía saberlo.

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